La glutamina es el aminoácido más abundante en la sangre y en el tejido muscular esquelético. Es un aminoácido no esencial, es decir, puede ser sintetizado por el propio cuerpo a partir de otros aminoácidos procedentes de la dieta o presentes en nuestro cuerpo, como la valina, la isoleucina o el ácido glutámico. La glutamina, en determinadas situaciones se puede volver esencial, pues el organismo demanda más cantidad de la que es capaz de sintetizar, por ello se le considera “semi-esencial” o “esencial condicionado”. Estas situaciones especiales son estrés prolongado, infecciones, entrenamiento intenso, grandes quemaduras, etc. El cuerpo obtiene glutamina a través de la dieta y la sintetiza a partir de otros aminoácidos, principalmente en el musculo esquelético y también en pulmones y cerebro. Los principales tejidos consumidores de glutamina son riñón, hígado, intestino delgado y sistema inmune.

La glutamina lleva a cabo numerosas funciones en el cuerpo y puede ser útil en diversas situaciones, que voy a detallar a continuación:

En situaciones de estrés intenso (traumatismos severos, grandes cirugías, quemaduras, hambre, ejercicio extenuante, etc.) el cuerpo produce cortisol y glucagón (hormonas pertenecientes al grupo de los glucocorticoides), y se elevan las demandas de glutamina de diversos tejidos para activar la gluconeogénesis (proceso de producción de glucosa a partir de aminoácidos, fundamentalmente glutamina), pues su encuentra en un estado de gran demanda energética. Por ello, en estas situaciones la glutamina es el aminoácido que antes se agota y el último en ser repuesto. El principal proveedor de glutamina en estos casos es el músculo. El cuerpo da prioridad a esas otras necesidades (de glutamina) antes que a la producción y conservación del músculo. Si este estado catabólico se prolonga, puede llegar a perderse buena parte de la masa muscular. Por ello parece indicada la suplementación con glutamina en estados prolongados de estrés intenso en individuos en condiciones mínimas de energía y reservas proteicas.

La glutamina es un precursor de la síntesis de neurotransmisores y nutrientes cerebrales. El cerebro usa como combustible de forma preferente, y casi exclusiva, la glucosa, pero en ausencia de glucosa, puede utilizar el ácido glutámico, sintetizado a partir de la glutamina, que es de los pocos aminoácidos capaces de atravesar la barrera hematoencefálica (es decir, capaz de pasar de la sangre al cerebro).

La glutamina es un componente importante de las paredes del intestino, funcionando como reparador/cicatrizante intestinal.  Ayuda a prevenir la atrofia de la mucosa intestinal, las infecciones y reduce la hiperpermeabilidad intestinal (causa común de intolerancias alimentarias).

El ejercicio físico intenso y el sobreentrenamiento provocan  bajos niveles de glutamina en sangre, así como altos niveles de cortisol (recordad que esta hormona tiene un efecto catabólico (destructor) sobre el músculo). Algunos estudios han demostrado que la suplementación con glutamina estimula la producción de hormona del crecimiento,  contrarrestando el efecto catabólico destructivo del cortisol, protegiendo así al músculo frente a la degradación muscular en situaciones de ejercicio intenso.

La glutamina desempeña un papel  fundamental en el sistema inmune. Los macrófagos, neutrófilos y linfocitos utilizan la glutamina como fuente de energía. Se ha observado inmunosupresión (menor actividad de las células del sistema inmunitario) en ausencia o niveles bajos de glutamina. Los atletas, tras un ejercicio físico intenso, experimentan una supresión transitoria del sistema inmune (que puede durar de 3 a 72 horas), pues se producen cambios en el metabolismo y funcionamiento de las células inmunitarias. Así, es muy habitual que tras pruebas duras como el maratón, los corredores sufran diversas infecciones víricas y bacterianas. Se ha postulado que este hecho está relacionado con la bajada de los niveles de glutamina en sangre, y es que las demandas de glutamina del músculo y otros órganos son tan altas en esta situación, que el sistema inmune puede sufrir una carencia de glutamina que afecte temporalmente a su función.

La glutamina “limpia” el organismo de amoniaco (residuo de la actividad anaeróbica deportiva), especialmente en el cerebro, haciendo que se transporte a otras regiones del cuerpo.

Interviene en el equilibrio ácido-base en el riñón. Hace de tampón, neutralizando el exceso de ácido del músculo, generado en la práctica de ejercicio anaeróbico intenso, debida a una producción excesiva de ácido láctico, una de las causas principales de  la fatiga.

Vistas todas estas implicaciones de la glutamina en diversas funciones del organismo, pasamos a lo que, supongo, más os interesa a todos: ¿Está realmente indicada la suplementación de glutamina en la práctica deportiva? Una vez más, la controversia sobre el tema es grande.

Unos, los partidarios de la suplementación, sugieren que es muy útil para prevenir el desgaste muscular, mejorar las recargas de glucógeno muscular, retardar la aparición de fatiga y prevenir las infecciones que se pueden dar después de realizar un sobreesfuerzo, como en el caso de los corredores de maratón. Las dosis que recomiendan son de 500 a 1.000 mg, tres veces al día, alejados de las comidas, para que no interfiera su absorción con los aminoácidos de la dieta.

Yo he hecho una búsqueda bastante exhaustiva en medline (algo así como una megabiblioteca científica, donde están archivados todos los artículos científicos que se publican en todo el mundo) y no he encontrado evidencias ni apoyos contundentes a su uso en deportistas. Hay algunos artículos que apoyan su uso y otros que no encuentran evidencias suficientes para ello. Lo que si parece claro es el papel fundamental de una dieta equilibrada en energía, hidratos de carbono y proteínas. Algunos estudios  apuntan a que es el consumo de bebidas de hidratos de carbono durante y después de la prueba, y no los suplementos de glutamina, los que atenúan el incremento de las hormonas de respuesta al estrés (cortisol)  y limita el efecto inmunosupresor inducido por el ejercicio. Sin embargo, otros investigadores han observado una disminución en la tasa de infecciones (sobre todo de las vías respiratorias altas) tras la realización de ejercicio físico intenso, en aquellos deportistas que tomaron suplementos de glutamina

Un artículo publicado en la revista Journal of Nutrition en Oct 2008, en el que hacen una revisión (es decir, un estudio en profundidad de todo lo que se ha publicado en este ) sobre la dosis y eficacia de la suplementación con glutamina en el ejercicio físico y entrenamiento deportivo, concluye que las indicaciones habituales para el consumo de suplementos de glutamina (soporte para el sistema inmune, incremento de la síntesis de glucógeno y efecto anti catabólico) no tienen el suficiente respaldo  de  buenos estudios científicos realizados en humanos sanos y bien nutridos.

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