Consumir unos vasos de leche al día puede ser una de las mejores y más fáciles formas de conseguir tus recomendados tres vasos de lácteos por día. Sin embargo, es posible excederse. Desde el aumento en el peso hasta malestares estomacales, los efectos secundarios de la leche entera pueden ser muy variados, y algunas personas no experimentan ningún problema, incluso si beben leche con cada comida.
Además, en la actualidad existen diferentes alternativas a la hora de consumir leche, aunque la más común y utilizada es a través de la leche de vaca tradicional. No obstante, también hay excelentes opciones como la leche de yegua, o incluso con bebidas vegetales como la leche de soja, leche de alpiste, entre otras.
Calorías de la leche y aumento de peso
Si eliges la leche entera en grasa de la sección de productos lácteos, puede ser la adición de un exceso de calorías, incluso sin darte cuenta, haciendo que tu dieta produzca un aumento de peso. La leche entera contiene 149 calorías por taza, mientras que la leche descremada únicamente posee 91 calorías por taza, así que el cambio a la leche descremada puede ser una buena estrategia si deseas evitar un consumo excesivo de calorías.
Problemas digestivos
Algunas personas tienen intolerancia a la lactosa, una condición en la que el cuerpo no tiene la capacidad de descomponer la lactosa, el principal azúcar de la leche. Los síntomas de la intolerancia a la lactosa incluyen náuseas, calambres abdominales, gases y diarrea. Estos efectos secundarios se desarrollan entre 30 minutos y dos horas luego de beber leche.
La intolerancia a la lactosa se desarrolla con el tiempo, por lo que incluso pudieses haber bebido leche sin efectos secundarios cuando eras niño y puedes haber desarrollado intolerancia a la lactosa en la adolescencia o edad adulta. Algunas personas experimentan síntomas de intolerancia a la lactosa, incluso si beben sólo unos pocos sorbos de leche, mientras que otras pueden tomar un vaso o dos antes de experimentar los síntomas.
Cuidado con las alergias a la leche
La alergia a la leche no es lo mismo que la intolerancia a la lactosa. En lugar de tener problemas para digerir la leche, quien posee una alergia en realidad tiene una respuesta inmune a las proteínas de la leche. Los síntomas de la alergia a la leche incluyen sibilancias, tos, opresión en la garganta, dolor de estómago, picazón en los ojos, vómitos, urticaria e hinchazón.
Los síntomas suelen comenzar a los pocos minutos de haber consumido leche, aunque en ocasiones pueden desarrollarse hasta dos horas más tarde. En casos severos, una persona con alergia a la leche puede desarrollar una reacción anafiláctica, una afección potencialmente mortal que requiere intervención médica inmediata.
Absorción del hierro
La leche entera puede afectar la absorción de hierro y reducir la eficacia de los suplementos de este mineral. Si bien esto no suele ser un problema importante en la salud de los adultos, los niños pequeños que consuman demasiada leche pueden tener deficiencia de hierro y pueden desarrollar anemia. Por ello, los expertos recomiendan que los bebés menores de 12 meses de edad no deben tomar leche de vaca en absoluto y los niños menores de 5 años deben limitarse a tres o menos porciones de 8 onzas de leche al día.
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