Pese a la inmensa popularidad de la leche de vaca, la leche de yegua es la más parecida a la leche materna humana y la que tiene las propiedades más idóneas para el consumo de las personas. En este caso, la leche de yegua, como su nombre lo indica, es la leche obtenida de las hembras del caballo.
Muchas personas están acostumbradas a la leche de vaca, pero el resultado no es, ni de lejos, una opción demasiado saludable. Por una parte, la leche de cada animal, incluido el ser humano, es el alimento idóneo para las crías de esa misma especie, y no para las demás. Por otro lado, la manipulación industrial que sufre la leche, la de vaca en especial. Estas cuestiones pueden hacer pensar si beber leche es la mejor opción y más aún cuando es leche de vaca. Pero, la leche de yegua ¿para qué sirve?
Diferencias de la leche de yegua con otras leches
Los diferentes tipos de animales tienen, evidentemente, diferentes tipos de leche con distintas propiedades. La leche de yegua ha resultado ser la que tiene las propiedades más parecidas a la leche materna humana. Debido a su difícil conservación, suele ser liofilizada, proceso después del que la leche queda hecha polvo. Esto hace que se mantenga fresca durante mucho tiempo sin perder ninguna de sus propiedades ni su calidad y sin ningún tipo de conservante.
Propiedades de la leche de yegua
La leche de yegua contiene azúcares naturales, muy rápidos y fáciles de metabolizar, poca cantidad de grasa de la que la mayor parte son aceites omega 3 y omega 6. Tiene proteínas de alta calidad y alto contenido de aminoácidos esenciales, que son elementos fundamentales en la construcción de neurotransmisores, e inmunoglobulinas, mismas que defienden al organismo detectando y neutralizando agentes extraños y/o dañinos. También cuenta con un rico aporte de minerales como el calcio, potasio, hierro y fósforo.
Para qué sirve la leche de yegua
Colon irritable y digestiones irregulares: la leche de yegua actúa como prebiótico brindando a la flora intestinal deseable el alimento necesario para su desarrollo.
Enfermedad de Crohn: la digestión de las proteínas de la leche de yegua produce un efecto antiinflamatorio, ayudando a minimizar los daños provocados por la inflamación del intestino grueso de la que es responsable esta enfermedad.
Anemia: la leche de yegua contiene lactoferrina que es de gran ayuda a la hora de asimilar el hierro de otros alimentos.
Afecciones de hígado o cirrosis: las infecciones hepáticas suelen acompañarse de déficit de hierro o anemia. El hierro tiende a precipitarse en el hígado empeorando la situación de éste, pero la lactoferrina actúa para proteger el hígado de la acumulación de hierro y lo mantiene disponible para la síntesis de hemoglobina.
Depresión: la leche de yegua aporta aminoácidos esenciales y con ellos, los elementos necesarios para la síntesis de la serotonina, una hormona que está directamente relacionada con las sensaciones de placer y bienestar.
La leche de yegua también está recomendada en casos de tratamientos con quimioterapia y para quienes tienen intolerancia a la lactosa.
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