El consumo de frutos secos en países mediterráneos es realizado en la media de unos seis gramos por persona y por día, por lo que su contribución nutritiva a la dieta total puede ser poco significativa, pese a su interesante perfil nutricional. Sin embargo, el consumo habitual y en su justa medida de frutos secos, está asociado con menores tasas de enfermedad arterial coronaria, así como con un mejor perfil de los lípidos plasmáticos (colesterol, triglicéridos), sin afectar el peso ni la composición corporal, aún siendo alimentos muy energéticos y grasos.
Entonces, ¿engordan los frutos secos? Como hemos comentado en otras ocasiones, los frutos secos no engordan, siempre que su consumo sea apropiado. Es decir, el factor que sí puede influir en un aumento de peso, es que la cantidad de calorías que consumas en el día, supere a la cantidad de las que tu cuerpo necesita y quema diariamente; sobre todo, cuantas más calorías contengan ciertos alimentos, será más fácil acumular más de las necesarias.
Beneficios de los frutos secos
En cambio, los frutos secos son excelentes fuentes de nutrientes esenciales para un correcto funcionamiento del organismo. De esta forma, los frutos secos constituyen unos de los alimentos más densos de energía, pero también muy nutritivos, debido a que aportan grasas cardiosaludables, proteínas, pocos hidratos de carbono, además de fibra, vitaminas, minerales y sustancias bioactivas como antioxidantes y fitoesteroles. Este interesante perfil nutricional ha llevado a reconocer los amplios beneficios para la salud que representan.
Durante los últimos años, se ha evidenciado que las dietas que incluyen frutos secos, ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares, gracias al efecto hipocolesterolemiante y antiinflamatorio de los mismos. Además, algunos expertos sugieren que también podrían reducir el riesgo de diabetes en mujeres y de cálculos biliares, en este último caso, en ambos sexos.
Consumo habitual de frutos secos
El temor popular por el consumo de frutos secos, se ha basado en la creencia de que contienen mucha grasa, por lo que sugieren tener altas dosis calóricas. Además, se sabe que el consumo de más calorías de la cuenta, aumenta el peso corporal. La ciencia ha estudiado el efecto del consumo habitual de frutos secos, en una cantidad razonable, sobre el aumento de la grasa y el peso corporal, obteniendo resultados muy interesantes. En los últimos años, cada vez más estudios describen una relación inversa entre el consumo de frutos secos y la ganancia de peso corporal.
Incluso diferentes estudios han destacado que los frutos secos, junto con el aceite de oliva virgen, son alimentos considerados imprescindibles para que una dieta contribuye en la reducción de los factores de riesgo cardiovascular. Al mismo tiempo, se reconoce que la ingesta de nueces es positiva en caso de diabetes, debido a la concentración de sustancias bioactivas de las nueces, mismas que pueden proteger contra los procesos de antiinflamación crónica, asociados a la resistencia a la insulina y la diabetes, e incluso, la capacidad antioxidante de sus componentes que protegería frente al Alzheimer.
En términos generales, es recomendable que la ingesta diaria de frutos secos sea controlada, evitando los frutos secos fritos, excesivamente tostados o salados; además, la cantidad debe ser la recomendada por un profesional para cada individuo según sus características, y siempre acompañada de una alimentación saludable y equilibrada.
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