La dieta sin residuos

 

Generalmente se suele recomendar, para mejorar la calidad de la dieta, el incremento en la cantidad de fibra dentro de la alimentación diaria, debido a que se trata de un componente muy importante dentro del correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, existen casos especiales, como en determinadas enfermedades y/o condiciones de salud, donde la fibra puede representar un obstáculo para incluir alimentos.

Por ello, es importante prestar atención a algunas alternativas en estas situaciones, como en el caso de la dieta sin residuos o también conocida como una dieta pobre en residuos. Es decir, una dieta que además de ser limitada estrictamente en la ingesta de fibra, tiene baja cantidad de estimulantes intestinales, por ejemplo, lactosa, ácidos orgánicos y purinas.

Qué es la dieta sin residuos

En una dieta sin residuos, no debe existir ninguno de los estimulantes intestinales antes mencionados, por ello, suele ser un tipo de alimentación limitado en cuanto a la ingesta de caldos colados, agua potable, té, sémola, fideos no integrales o refinados, pan blanco desecado al horno, arroz, entre otros.

Por lo general, la dieta es pobre en residuos y se incorporan poco a poco algunos estimulantes intestinales modificados para una mejor tolerancia. De esta forma, la dieta puede incluir además de los alimentos ya mencionados, leche sin lactosa, quesos blandos desnatados, requesón, huevo cocido, carnes blancas bien cocidas y cortadas en pequeños trozos, puré de zapallo, calabaza, zanahoria, remolacha, calabacín sin piel ni semillas, papa y batata.

Asimismo, la dieta sin residuos puede incluir frutas sin piel, cocidas para reducir la cantidad de fibra que contienen; dentro de ellas se encuentra la pera, la manzana, el durazno, o bien la banana pisada bien madura o manzana rallada. También es importante evitar la carne roja por su contenido en purinas, así como el café y el mate cebado.

La dieta sin residuos

Si estos alimentos son tolerados correctamente, es posible incluir otras frutas y verduras, siempre sin piel, maduras o cocidas, por ejemplo: pulpa de tomate sin semillas, puntas de espárrago, corazón de alcaucil, pulpa de berenjena sin semillas.

En este tipo de dietas, es necesario evitar el consumo de las harinas integrales y sus derivados, así como también el café, las frutas secas y los vegetales crudos o con mucha fibra. De la misma manera, por su contenido en ácidos orgánicos, es recomendable evitar el consumo de cítricos y jugos a base de los mismos.

Para qué sirve la dieta sin residuos

Una dieta sin residuos puede ser aplicada en diferentes casos, bien sea en situaciones de diarrea aguda o de diverticulitis, enfermedad intestinal en la que se presenta un proceso inflamatorio. Esta dieta puede ser recomendable en casos de diarrea crónica, diverticulosis, colon irritable, gastritis aguda o síndrome de mala absorción, causados por intolerancias u otros.

Algo muy importante a tener en cuenta, es que todos los datos aquí presentados tienen un carácter únicamente informativo, por lo que antes de comenzar una dieta de este tipo o de cualquier otro, siempre es recomendable consultar con el médico, especialmente si dicha alimentación presenta algún malestar.

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