La mayoría de personas y en especial las mujeres, suelen en algún momento tener una retención de líquidos. Esto puede notarse por las manos hinchadas, los anillos o los zapatos que quedan más justos o que no entran, la ropa aprieta y se marca en la piel, una cara más abotargada o con los párpados inflados, orinando con menos frecuencia y en poca cantidad, entre otros signos que pueden apreciarse.
Normalmente, se trata de situaciones puntuales que se deben, en la mayoría de los casos, al consumo excesivo de sal o alcohol, pero también por cambios o fluctuaciones de las hormonas. Cuando esta retención de líquidos es continuada, es importante consultar al médico para descartar cualquier enfermedad, pudiendo también seguir una dieta retención de líquidos, siempre bajo la supervisión profesional correspondiente.
Factores no patológicos de la retención de líquidos.
- Exceso de sal o determinados alimentos enriquecidos con sodio.
- Alcohol.
- Dietas pobres en proteínas.
- Vida sedentaria.
- Fluctuaciones hormonales, sobre todo periodo premenstrual, embarazo y menopausia.
- Trasnochar.
Cómo evitar o paliar la retención de líquidos
Así como en una dieta para el colesterol, esto no se trata de una dieta propiamente dicha, sino que bastará con adoptar una serie de medidas como:
Evitar el consumo de sal, determinados alimentos muy ricos en sodio o con efecto mineralocorticoide, así como todo aquello que pueda aumentar la tensión arterial. Entre alimentos que debes evitar están los siguientes:
- Caldo en cubitos o sopas instantáneas.
- Comidas precocinadas o en sobres.
- Enlatados.
- Embutidos.
- Salazones.
- Quesos curados.
- Bebidas gaseosas incluida el agua con gas.
- Bebidas light, sobre todo si están edulcoradas con ciclamato sódico.
- Bebidas alcohólicas, de cualquier tipo, incluida la cerveza.
- Bebidas con cafeína.
- Regaliz.
- Postres y bollería industrial.
- Aperitivos salados (Chips, palomitas, pipas, cacahuetes, galletitas…).
También es importante consumir verduras, especialmente algunas como el perejil, cilantro, ajo, calabaza, apio, espárragos, calabacín, puerros, pepino, tomates, cebolla, setas, berenjena, alcachofa, entre otras. Se recomienda el consumo de féculas indicadas como las papas (mejor con piel), arroz y pasta integral, pan integral bajo en sal.
Asimismo, se recomienda la ingesta de carne, pescado y huevos en la medida justa, condimentados con hierbas aromáticas, limón o especias, evitando o disminuyendo el uso de sal, y preferiblemente cocinados a la plancha o al horno, con un poco de aceite de oliva.
Dentro de la dieta retención de líquidos, también es importante consumir frutas ricas en potasio como el plátano, papaya, melón, sandía, cítricos y la piña tropical natural.
Es aconsejable beber un par de litros de agua al día. En este caso, puedes ayudarte con algunas plantas medicinales diuréticas en infusión como: cola de caballo, ortosifón, camilina, vellosina, diente de león o brezo, entre otras.
Practica ejercicio de forma regular o sal a dar una caminata cada día de, al menos, media hora. Si has de estar sentado mucho tiempo, levántate unos minutos cada hora y date un pequeño paseíto. Abandona totalmente el hábito tabáquico.
Duerme de 7 a 8 horas al día y haz una siesta de media hora, siempre que tus obligaciones te lo permitan. Además, debes evitar utilizar ropa muy apretada, ni vaqueros ajustados o cinturones que dificulten el retorno venoso de las piernas.
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