Quienes inician en el mundo de la alimentación por cetosis, si no tienen conocimientos sobre nutrición y dietética, e incluso algunos que los tengan, pueden necesitar primero comprender los procesos metabólicos y la fisiología en la que se basa este tipo de alimentación. Luego, deben conocer qué alimentos deben primar a la hora de comprar, cocinar y comer.
En este sentido, a continuación presentamos importante información en relación a los alimentos para la cetosis: dieta, especialmente para que tengas una idea de la forma de alimentarte en estos casos. Sin embargo, es altamente recomendable que antes de iniciar esta o cualquier otra dieta, puedas consultar al médico y sobre todo, llevar un control profesional de la misma.
¿Para quién es una dieta cetogénica?
- Atletas y deportistas: una vez que comprenden que el organismo humano dispone de varios combustibles, y mientras la capacidad para almacenar azúcares (glucógeno) es limitada a aproximadamente 2000 kcal en ácidos grasos, es posible acumular hasta 49.000 kcal. Si este último es tu combustible, no necesitarás recargar calorías durante una maratón.
- Para quienes sufren de diabetes de todo tipo.
- En casos de obesidad.
- Para el síndrome de ovario poliquístico.
- Durante el embarazo o menopausia.
- Para el autismo y epilepsia.
- Durante etapas de alergias, cáncer o problemas digestivos.
En realidad, este es un tipo de dieta apta para cualquier persona durante toda la vida. Existen diferentes formas de aplicarla, ya que de los tres grandes macronutrientes (glúcidos, prótidos y lípidos) se pueden encontrar los glúcidos que no son imprescindibles y adecuar su cantidad a las diferentes etapas de la vida.
Alimentos para la cetosis: dieta
Proteína de origen animal:
- Carnes frescas y curadas (panceta, jamón, etc.), aves, caza, huevos, casquería (hígado, riñones) huesos con tuétano, embutidos (salami, chorizo) mariscos y pescado (mejor los de menor tamaño que acumulan menor cantidad de mercurio).
Grasas saludables:
- Aceite de coco, de aguacate, mantequilla, manteca (de cerdo y vaca) y demás grasas de animales como la grasa de pato.
- Aceite de oliva virgen o virgen extra pero no lo calientes a más de 160°C.
- Salsas como la mayonesa hecha con aceite que no sea de semillas (nada de aceite de girasol o maíz).
- Quesos curados.
Semillas y frutos secos:
- Almendras, nueces, en especial las pecanas y de Macadamia que son las que contienen más cantidad de grasa.
- Semillas de lino (una vez molidas mantener en lugar fresco y seco, sin luz solar directa).
- Piñones, semillas de calabaza, semillas de girasol.
Verduras:
- Coliflor, brécol, calabaza no dulce, calabacín, berenjenas, tomate, espárragos, alcachofa, coles de Bruselas, apio, repollo, pimientos, cebollas, cebolletas, puerro, aceitunas, rábanos, champiñones y setas, chucrut.
- Todas las verduras de hoja verde (espinaca, col, acelga, lechugas, etc.) y, en general, cualquier verdura que no esté enterrada (es decir, que no sea un tubérculo).
Edulcorantes:
- Stevia, xilitol, eritritol y tagatosa.
Lácteos (para quien pueda o quiera tomarlos):
- Nata.
- Yogures griegos y/o naturales (procura que no tenga lactosa añadida).
- Requesón, queso crema, queso fresco, quesos duros y quesos no tan duros.
Especias y condimentos:
- Todos, solo ten en cuenta que entre sus ingredientes no haya azúcares, aceites/grasas vegetales y almidones.
Recuerda que esta es una dieta moderada en proteína, por lo que si vas a comer carnes magras como conejo, pavo o pechuga de pollo, procura añadir grasas de las que mencionamos.
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