Cómo tratar la tensión muscular: 8 soluciones eficaces

La tensión muscular es común y pueden comprometer más de un músculo. También puede involucrar ligamentos, tendones y fascia, los tejidos blandos que conectan los músculos, huesos y órganos. La tensión muscular es una reacción propia del cuerpo, que puede ser originado por una sobrecarga de actividades que terminan desencadenado el famoso estrés. Ante dicha exposición, los músculos se agotan, lo que trae como resultado dolores en diferentes partes del cuerpo.

Sus síntomas más habituales son: el insomnio, dolor de cabeza y dolores musculares que especialmente se concentran en el cuello, espalda y hombros, aunque pueden sentirse en otras zonas del cuerpo. Además, si no se trata a tiempo la tensión muscular se puede llegar a convertir en un problema crónico. Pero si no quieres que éste sea tu caso, en onlinepersonaltrainer.es te dejamos algunos consejos para combatir la tensión muscular, así que presta atención y ¡toma nota!

Consejos para evitar la tensión muscular

El cuerpo responde al estrés con una serie de cambios fisiológicos, que incluyen el aumento de la secreción adrenalina, la elevación de la presión arterial, aceleración de los latidos del corazón y una mayor tensión muscular. Lo grave en este caso es cuando la tensión sigue y aumenta las fibras involucradas en los movimientos forzados, debido a que surgen como respuesta natural, las contracturas involuntarias, es decir, contracciones musculares sostenidas en el tiempo.

Los estados emocionales y mentales sin duda afectan tu cuerpo, por lo que si se encuentran bloqueados predisponen la tensión de forma permanente en el cuerpo. Además, transforman el equilibrio estructural que permite la relajación y descanso. Así que una gran opción para liberar este dolor es la relajación constructiva, movimientos correctivos que causan la consciencia de la respiración para influir sobre los estados físicos y psicoemocionales. Sin embargo, puedes realizar algunas pautas para ayudar a aliviar la tensión muscular tales como:

Apenas te despiertes, intenta relajarte. Para conseguir este estado recurre a la respiración profunda por la nariz y exhala por la boca.

1.  Cuando te levantes de la cama, realiza algunos ejercicios de estiramiento. También puedes recurrir a un baño con agua tibia y algunas sales o aceites curativos; luego desayuna sin tele ni radio.

2. Otro ejercicio bastante práctico es acostarse boca arriba con los brazos a ambos lados y las piernas ligeramente separadas. A continuación, debes respirar concentrándote en varias partes del cuerpo, visualizándolas, para luego contraer esos grupos de músculos en los que pensaste y relajarlos.

3. Ya en la calle camina despacio. Si siempre vas corriendo, los músculos se tensan, provocando calambres,  contracturas y dolor. Si no tienes suficiente tiempo, utiliza zapatillas de deporte para poder ir más rápido y procura caminar con los hombros hacia atrás, los brazos flexionados ligeramente y desplázate moviendo brazos y piernas de forma coordinada. Al andar, apoya primero tu talón y luego la planta y respira con ritmo.

4.  A la hora de la comida, tranquilízate. Recuerda que la comida sirve para recuperar energías no para perderlas. Así que cuando estás acelerado el organismo se tensa, con lo que se segregan más jugos gástricos y bilis, responsables del hinchamiento.

5. Te recomendamos dedicar tres minutos a favorecer la secreción de saliva. Da un suave masaje en las mandíbulas, contorno de ojos, sienes, frente y parte trasera del cráneo.

6. Uno de los síntomas más evidentes de la tensión muscular es el dolor de cuello. Para evitar esas molestias puedes tenderte en el suelo, doblar las rodillas y poner los pies en el suelo. A continuación respira lenta y profundamente por la nariz y exhala por la boca.

7. Posteriormente vuelve a respirar y al sacar el aire, aplanarás la parte trasera del cuello contra el suelo, para sentir como todo el resto de la columna se va aplanando, desde la cintura la coxis. Repite con calma.

8. Si continuas padeciendo de tensión muscular permanente puedes recurrir a disciplinas como el Tai- Chi  y el yoga, ya que su combinación de posturas y respiración te permitirán alcanzar un nivel de relajación óptimo.