Cuando se realizan movimientos o ejercicios moderados o potentes, nuestro cuerpo trabaja a través de un mecanismo de amortiguadores que está compuesto por las vértebras y discos intervertebrales. Los discos intervertebrales están compuesto por un centro denominado núcleo pulposo y lo rodea un anillo fibroso, estos recubren el paso de la medula espinal.
Este equilibrio entre vertebras y discos intervertebrales a veces, llega a ser alterado por movimientos fuertes o incluso por realizar ejercicios potentes y no tomar medidas de precaución. La alteración más frecuente llega a ser la hernia discal.
¿Pero que es realmente una hernia discal? Bueno, es la causa más común de dolor lumbar irradiado hacia el miembro inferior. La hernia discal afecta el núcleo pulposo y un anillo fibroso que rodea la médula. Esta enfermedad se origina cuando el núcleo pulposo se desplaza posteriormente, debido a la degeneración del anillo fibroso del disco en el canal raquídeo. Además, esta afección suele estar relacionada a degeneración vertebral sobreesfuerzo físico o traumatismo y es muy frecuente a partir de los 30 años.
¿Qué puede causar una hernia discal?
- Movimientos repetidos con cargas grandes en donde la espalda sufre agotamiento extremo.
- A golpes inesperados a lo largo de toda la columna vertebral.
- Flexión o extensión redundada o brusca de la columna.
Hay que tener presente que este problema también puede darse en pacientes con patologías previas en la columna que favorezcan a la protrusión o salida del núcleo por el disco. Por esa razón, a continuación, presentamos algunos ejercicios que sirven como terapia al dolor que este problema ocasiona. Entendiendo así, que se ha diagnosticado o bien, se sospecha fuertemente sobre el mismo.
Ejercicios para la hernia dorsal
1. Levantar las piernas
Para realizar esta rutina es importante acostarse en el piso sobre la espalda, luego hay que doblar las rodillas a un ángulo de 45 grados. Es necesario contraer los músculos alrededor de la sección media y los músculos de las manos, también hay que levantar la pierna derecha hasta que quede recta apuntando al techo. A continuación, se debe mantener la posición por dos segundos, luego se vuelve a la posición inicial. El procedimiento se debe realizar 10 veces pero ahora con la pierna izquierda tomando un descanso de 30 segundos.
2. Estiramiento de rodilla al pecho
Este es uno de los ejercicios más efectivos para estirar la parte inferior de la espalda y promover el movimiento en el nivel de la hernia dorsal. Para ello hay que recostarse en el piso sobre la espalda y las rodillas deben estar en un ángulo de 45 grados. Luego se debe agarrar la pierna izquierda detrás del tendón de la corca y pasarla hacia el pecho, esta posición hay que mantenerla por dos o tres segundos. Después es necesario volver a la lugar original, además, esto hay que realizarlo 10 veces con la pierda derecha y 10 veces con la pierna izquierda tomando un descanso de 30 segundos por cada una.
3. Inclinación de la pelvis
Para este entrenamiento hay también hay que recostarse en el piso sobre la espalda, doblando las rodillas en el mismo ángulo 45 grados. Luego se debe contraer los músculos alrededor de la sección media para luego aplanar la espalda contra el suelo, manteniendo de esta forma los músculos de estómago contraídos durante el ejercicio. Hay que hacer 15 veces esto, haciendo un descanso de 30 segundos, esto ayuda a aflojar y fortalecer la zona de la hernia dorsal.
4. Cuclillas en la pared
Hay que parar la espalda recta apoyándola contra la pared, los talones deben estar a 18 o a 22 pulgadas de la antepecho. A continuación, se debe contraer los músculos abdominales para luego deslizarlos hacia abajo por la pared, hasta que el cuerpo quede en una posición de cuchillas con los músculos paralelos al sueño, luego de dos segundos hay que volver a la posición normal.
Estos cuatro ejercicios son ideales para reducir el dolor que puede ocasionar una hernia discal. Si se realizan y no se encuentran resultados positivos, el mejor consejo que podemos brindarte es que vaya con tu médico de cabecera. Recuerda que el dolor que se experimenta no es por la hernia en sí, sino más bien, por la presión que ejerce en la medula espinal
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