La rehabilitación física es el periodo de tiempo que nos toma para volver a estar al 100% de nuestras capacidades, no es algo sencillo y todo depende de la gravedad de la lesión que hayas tenido, pero hay muchas cosas que puedes hacer para fomentar tu recuperación.
Cuando sufrimos de alguna lesión física y tenemos que someternos a una rehabilitación física es normal sentir un poco de duda y frustración al inicio ya que sabemos que nos estamos al 100% de nuestras habilidades, sin embargo, este es un periodo por el que debemos pasar si queremos recuperarnos del todo.
Es por esta razón por la que quiero darte algunas maneras de fomentar nuestra rehabilitación física de forma sencilla.
¿Por qué no debemos entrenar lesionados?
Entrenar lesionados nos obliga a cambiar ciertos comportamientos motores, cuando sentimos dolor el cuerpo automático tratará de ajustarse para que no nos duela, esto hace que se alteren patrones motores volviéndolos disfuncionales.
Mientras hagamos esto una o dos veces no afecta mucho, pero cuando convertimos este tipo de conducta en algo recurrente desarrollamos un estilo disfuncional que solo aumentará las probabilidades de sufrir nuevas lesiones en el futuro.
No esperes a estar en tu peor condición para ir al fisioterapeuta
A muchas personas les cuesta reconocer cuando están mal, esto puede deberse a que le temen a lo que pueda decir el médico o simplemente deciden esperar a ver si solos logran mejorarse.
Tener que vivir con dolor no debe ser una opción si existe algún modo de sanarte, no tiene nada malo acudir al médico y en estos casos siempre es mejor hacerlo cuanto antes ya que así será menor el tiempo de recuperación que necesites.
Si el problema persiste por mucho tiempo lo más indicado es que visites a un médico deportivo o fisioterapeuta para que te indique un plan a seguir con el que puedas recuperarte. Existen máquinas modernas que aceleran el proceso de recuperación mucho más que con técnicas tradicionales, así evitas que el problema empeore.
Hazle caso a tu cuerpo
Algunas lesiones son peores que otras y requieren otro tipo de atención, por ejemplo, dislocaciones, roturas de huesos, desgarro muscular y otras, pero si tu lesión se trata de una leve tendinitis, pinchazos en la espalda, dolores en los hombros, etc. mi consejo es que le hagas caso a tu cuerpo y descansa hasta que este se recupere.
El problema con estas últimas lesiones es que si no paras y continúas entrenando se convierten en lesiones crónicas y a veces es mejor dejar pasar dos semanas sin entrenar que sacrificar el resto de tu vida deportiva.
Trabaja con ejercicios de baja intensidad
Ayuda al músculo realizando ejercicios de baja intensidad para que poco a poco se vaya recuperando, si el daño es reciente lo mejor es realizar el ejercicio de forma lenta e ir aumentando la velocidad a medida que pasa el tiempo. El objetivo de esto es permitir que la sangre circule por el músculo y este no se acorte.
Por otro lado, practicar ejercicio disminuye los niveles de estrés en tu cuerpo e indirectamente esto genera un efecto positivo sobre tu lesión permitiendo que la tensión escape de los músculos y articulaciones, liberando endorfinas, aumentando el flujo sanguíneo y con esto más oxígeno va a parar a tus tejidos que se recuperan más rápido.
Lleva ropa cómoda
Ten presente que cuando acudas a una sesión de fisioterapia vas a realizar ejercicios por lo cual te recomiendo que escojas ropas cómodas y un calzado que te permita desplazarte con facilidad. Lo mejor es que uses pantalones holgados y de algodón que es fresco y permite la transpiración.
Elije también prendas donde las costuras no resulten una molestia, esto suele ser molesto en ocasiones, por último, si al final no te gusta cómo te ves con esa ropa en el espejo siempre puedes cambiarte antes del tratamiento.
Sin dolor no hay ganancia
Este viejo refrán no siempre se cumple, si bien es cierto que durante la recuperación es necesario pasar por un periodo de dolor con el fin de estimular la recuperación de las fibras musculares dañadas, pasado este momento es peligroso no hacerle caso al dolor, después de todo esta es la forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos que algo no está funcionando bien.
De aquí la importancia de seguir los consejos del fisioterapeuta que sabe hasta dónde empujar nuestro umbral de dolor sin agravar el problema.
Cumple con el tiempo recomendado para tu tratamiento
Los contratiempos pueden ocurrir, pero debes tratar de cumplir con la mayoría de las sesiones de rehabilitación pues, aunque te sientas bien no necesariamente significa que estés al 100%, este falso sentimiento es el que lleva a veces a que cometamos ciertos abusos y así volvemos a provocar viejas lesiones.
Por lo general, los fisioterapeutas plantean objetivos a corto, mediano y largo plazo, de aquí la importancia de pasar por todo el proceso para poder recuperarte.
Factor social
La rehabilitación cuando el caso es grave depende de muchos factores, las creencias de la persona, actitud y comportamiento ante la situación y también de varios factores sociales como el apoyo de la familia y factores laborales ya sea el temor a perder el empleo o que el ambiente laboral no sea el propicio para una completa recuperación, todo esto afecta el estado emocional del paciente y deben considerarse a la hora de la rehabilitación.
No todo son estiramientos
El estiramiento es importante pero no es lo único que necesitas para recuperarte, además, debes cuidar como lo haces para que no tensiones demasiado los músculos.
La tensión muscular surge mayormente a causa de que el músculo se ha debilitado y alargado, por eso es que tu organismo trata de protegerlo oprimiéndolo, buscando así que no sucedan esguinces y tirones.
Lo primero es fortalecer las fibras musculares y articulaciones para que el estiramiento sea efectivo realizando un grupo de ejercicios que nos permiten fortalecer nuestro cuerpo de forma permanente previniendo con esto lesiones futuras.
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