Para un mejor entendimiento de la función que desarrollan los antioxidantes en el cuerpo humano, es importante analizar primeramente el papel que desempeñan algunas sustancias dañinas, pero que al mismo tiempo se convierten en necesarias para el cuerpo. Estas sustancias reciben el nombre de Radicales Libres.
¿Qué son los Radicales Libres?
Estos son principalmente átomos, generalmente de oxígeno. Además, son sustancias altamente reactivas e inestables, mismas que son liberadas a través del metabolismo de los alimentos en las células para la producción de energía. Aunque también pueden producirse gracias a influencias externas, es decir, cuando el organismo recibe el impacto de varios contaminantes o radiaciones.
Por otro lado, debemos mencionar que su inestabilidad, se debe principalmente a que han sufrido la pérdida de uno de sus electrones, momento en el que intentan reponerlo tomándolo de otros átomos. Por medio de esto, es desarrollada una reacción en cadena, misma que provoca grandes daños a las células del cuerpo, algunos que son manifestados en envejecimiento y una gran variedad de enfermedades.
Influencia del oxígeno
Algo que ya es muy sabido por muchos, es que las células del cuerpo necesitan de oxígeno para funcionar. De hecho, nuestro metabolismo se basa en las propiedades químicas del oxígeno. En este sentido, los físicos han identificado una propiedad en las partículas que componen los átomos, a esta le han llamado rotación. Generalmente, cada electrón forma pareja con otro de rotación contraria dentro de un átomo. Siendo algo que no sucede con el oxígeno, puesto que este elemento cuenta con dos electrones sin su pareja correspondiente.
Todo esto, hace del oxígeno un elemento altamente reactivo. Más aún, sabiendo que un átomo de oxígeno siempre se mantiene en la búsqueda de otro átomo con el que pueda intercambiar electrones. En este sentido, podemos decir que pese a que los radicales libres cumplen con diversas funciones beneficiosas en el organismo, pero por el contrario, también pueden ocasionar daños en las células y material genético.
Aparte del metabolismo celular, otras fuentes de radicales libres son: rayos ultravioletas del sol, contaminación ambiental, humo de cigarrillo, entre otros. Es así, como los radicales libres suelen incrementarse de una gran forma en el organismo, donde debido su exceso, empiezan a provocar daños en sustancias del cuerpo como el ADN.
Formas de combatir el daño provocado por radicales libre
Además de algunas sustancias producidas por el propio cuerpo y con el objetivo de unirse a los radicales libes para eliminarlos, existen alimentos que suelen ingerirse cotidianamente y que contienen sustancias conocidas como antioxidantes, estos también contribuyen en esta tarea. Podemos resaltar que el trabajo de los antioxidantes, es proporcionar electrones, evitando así que los radicales libres los ‘roben’ de las células del cuerpo.
Desde hace mucho tiempo, se conoce que las vitaminas C y vitamina E, además del Beta Caroteno, cuentan con propiedades antioxidantes. Así mismo, los minerales como el selenio, zinc, magnesio y cobre, poseen propiedades importantes que ayudan a activar el sistema de defensas ante los radicales libres.
Aunque también merece la pena mencionar algo muy importante, pues se trata de que ninguno de los antioxidantes cuenta con la capacidad de controlar varios tipos de radicales libres y productos de oxidación producidos en el organismo. De esta forma, algunos antioxidantes pueden controlar un tipo específico de radicales libres, mientras que otros se encargan de los demás. Esto simplemente demuestra la importancia de no centrarse en consumir uno o dos antioxidantes, sino de una variedad de ellos.
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