La epicondilitis o comúnmente denominada como codo de tenista, pese a su nombre, no sólo afecta a aquellos deportistas de raqueta, sino que también puede afectar a personas que fuerzan el antebrazo o la muñeca en diferentes actividades cotidianas. Por este motivo, es importante conocer la epicondilitis, su tratamiento y aún mejor, su forma de prevención.
Debido al origen inflamatorio de este tipo de lesiones, la primera medida de tratamiento de la epicondilitis o codo de tenista, debe ser la crioterapia, es decir, aplicar hielo en la zona afectada. Especialmente, al inicio de la aparición de síntomas, donde posteriormente puede implementarse el calor como tratamiento normalizado. Además, tomando en cuenta el origen tendinoso, el segundo paso del tratamiento para una epicondilitis debe ser el reposo.
Asimismo, el uso de antiinflamatorios no esteroideos puede ser muy beneficioso en estos casos, bien sea de aplicación tópica como geles o cremas, o ingeridos. Mientras por otro lado, la fisioterapia, la aplicación de láser y ultrasonidos, así como la rehabilitación a base de ejercicios y estiramientos progresivos, son el complemento ideal para que puedas recuperarte de la lesión de codo de tenista.
En este sentido, es importante tomar en cuenta el origen del mecanismo de lesión, es decir, los ejercicios repetitivos en posiciones forzadas, donde la detención de este tipo de actividades puede ser el mejor tratamiento rehabilitador. En otras palabras, apartando el foco generador de la lesión, la misma disminuirá gradualmente.
Otros aspectos muy importantes a conocer se relacionan a un estudio de la calidad de higiene postural a la hora de realizar las actividades lesionales. Cabe mencionar que en la mayoría de los casos, el codo de tenista puede evitarse con la reeducación postural. Corrige los movimientos para evitar los vicios posturales muy nocivos para las estructuras tendinosas. De esta forma, puedes disminuir notoriamente las posibilidades de lesión recidivante.
Por otro lado, debemos mencionar que existe una ligera controversia con respecto al uso de infiltraciones de esteroides glucocorticoides. A corto plazo el dolor puede desaparecer, pero a largo plazo no existe evidencia de que su implementación aumente las ventajas de este tratamiento. Además, el riesgo de ruptura local de la inserción del tendón, también puede ser un factor que compromete este tratamiento.
En casos extremos y crónicos del codo de tenista o epicondilitis, es necesario acudir a la opción quirúrgica, a modo de librar el tendón del hueso. Sin embargo, siempre debe realizarse con la previa y estricta consulta con un experto de la salud.
¿Cómo prevenir el codo de tenista?
Como hemos explicado, la higiene postural es el método más efectivo para prevenir una epicondilitis. Debes buscar realizar los movimientos utilizando una técnica adecuada, haciendo que los tendones no se sometan a tensiones exageradas.
Además, es necesario proporcionar el tiempo correspondiente de descanso a estas estructuras tras sesiones de actividad elevada, pudiendo contribuir también a evitar la aparición de este tipo de patologías. Asimismo, los masajes preventivos y estiramientos, suelen ser muy beneficiosos, así como también el uso de ortesis o coderas elásticas.
Recomendaciones
Si sufres una epicondilitis o codo de tenista, lo primero que debes hacer es consultar con el médico sobre tu mejor opción en tratamiento, evitando la automedicación en cualquier circunstancia.
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