El Tai Chi es una forma antigua de arte marcial chino, mismo que suele referirse como la práctica de la ‘meditación en movimiento’. Los movimientos suaves y fluidos que se realizan con el Tai Chi promueven la relajación, el alivio del estrés y sobre todo, la conciencia del momento presente. Los ejercicios de Tai Chi pueden ayudarte a controlar y reducir el estrés, la depresión y la ansiedad, así como mejorar el equilibrio y la coordinación, reducir la presión arterial y promover un mejor sueño, entre otras ventajas más.
Debido a que se trata de un ejercicio suave y de bajo impacto, el Tai Chi, generalmente es adecuado para personas de cualquier nivel de condición física; por lo que si recién te inicias en el ejercicio físico, tienes opción a realizar ejercicios de Tai Chi recomendados para principiantes como los que te presentamos a continuación.
Calentamiento
El calentamiento del cuerpo es fundamental para que los movimientos de Tai Chi se realicen fácilmente. Según los expertos, los ejercicios de calentamiento del Tai Chi no sólo ayudan a abrir el cuerpo, sino también promueven una actitud relajada, fomentando un estado de bienestar general. En este caso, un calentamiento básico de Tai Chi consiste en aflojar la cintura; parándote con los pies paralelos y ligeramente un poco más que el ancho de tus caderas, relaja tus brazos a los costados del cuerpo.
Gira tus caderas hacia la derecha y luego hacia la izquierda, dejando que tus brazos sigan el movimiento natural del cuerpo, es decir, colgando libremente y golpeando contra tu cuerpo mientras realizas las rotaciones. Al sentir que tu cuerpo se ha calentado, puedes incorporar cuello, hombros y columna vertebral a las rotaciones, haciendo que cada movimiento sea suave y fluido.
Ejercicio Tai Chi: el molino
Este ejercicio llamado molino de viento o windmill, es uno de los movimientos básicos del Tai Chi, pues se trata de un ejercicio que promueve la flexibilidad y la apertura de la columna vertebral. Para su ejecución, párate con los pies paralelos, separados un poco más que el ancho de tus hombros. Relaja los hombros y permite que tus brazos cuelguen libremente. Lleva tus manos al frente del cuerpo, cerca del hueso púbico, con los dedos apuntando hacia el suelo.
Inhala y levanta los brazos hacia el centro de tu cuerpo y sobre tu cabeza, con los dedos señalando hacia arriba. Estírate hacia el techo y arquea ligeramente la columna vertebral hacia atrás. Exhala e inclínate lentamente hacia adelante, moviendo las manos hacia el centro del cuerpo. Inclínate hacia adelante desde la cadera, dejando que tus brazos cuelguen libremente delante de ti. Inhala y vuelve a la posición inicial.
Rotación de las rodillas
Los ejercicios de rotación de las rodillas te ayudan en el mejoramiento del equilibrio. Para ello, párate con los pies separados a pocas pulgadas, con las rodillas dobladas ligeramente. Coloca tus manos en tus rodillas con los dedos apuntándose entre sí y rota tus rodillas en círculo hacia la izquierda y luego a la derecha, hacia el frente y luego hacia atrás, como si estuvieses trazando un círculo en el suelo.
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