La ciática se percibe en el nervio que le da el nombre, el ciático, que es el más largo del cuerpo y que tiene su inicio en la zona lumbar, se extiende por el glúteo, muslo, pierna y llega hasta el pie. Por lo general, la ciática no representa mayores peligros, pero el dolor de la zona lumbar resulta ser una de las principales causas de incapacidad y absentismo laboral en la sociedad actual. Como en muchas otras enfermedades, acudir rápidamente al médico ayudaría a resolver más rápido y evitar que se agudice.
La mejor forma de contrarrestar su efecto es con la ayuda de ciática ejercicios, sobre todo conociendo como funciona y las mejores alternativas en movimientos beneficiosos. En este sentido, debemos destacar que la mejor forma de tratar una dolencia es su prevención, por lo que también puedes aplicar algunas soluciones a ello.
Cómo funciona la ciática
Este nervio comienza en la columna vertebral y sus múltiples terminaciones se unen para formar un solo tronco nervioso que se extiende hacia las piernas, se divide en dos ramas que continúan hasta los pies. Su gran tamaño hace al nervio ciático particularmente vulnerable a la presión, por lo que es fácil que se lastime, dando lugar al dolor.
La zona de la cintura y del cuello son las que más lo sufren, por lo que es necesario prestar atención a los golpes de frío. Pero la ciática puede desencadenarse también con una presión, torsión, espasmo muscular o tirón en la espalda, así como una inflamación que afecte a este nervio. El estrés, por su parte, hace que se tense la musculatura y favorece su aparición o la recaída en personas que ya tienen antecedentes con esta enfermedad.
Molestias más comunes
Los principales síntomas de la ciática son:
- Dolor en la parte baja de la espalda, mismo que se extiende hacia la pierna. Puede ser una leve molestia o un dolor fuerte.
- Debilidad en los músculos de la pierna, el glúteo y hasta el pie del lado resentido.
- El dolor suele empeorar al inclinarse, toser, estornudar y estirarse.
- Hormigueo o sensación de adormecimiento en la pierna.
- Imposibilidad de permanecer sentado en algunas posiciones habituales.
Ejercicios preventivos y paliativos
- La práctica regular de deporte ayuda a mantener la fuerza muscular de la espalda y abdomen.
- Evita los lugares con corriente de aire o el contacto corporal con superficies frías.
- Mantén el peso adecuado procurando que tu espalda no realice esfuerzos de más.
- Al levantar objetos pesados, dobla las rodillas y realiza la fuerza desde las piernas y no con la espalda.
- Para paliar el dolor, aplica calor seco en la zona afectada. Acude a un especialista para que te practique un masaje en la zona. Favorecerá la relajación muscular y la circulación en la zona.
Ejercicios imprescindibles
Caderas: de pie, con las rodillas flexionadas, lleva la pelvis hacia delante y hacia atrás muy suavemente, hasta donde el dolor lo permita. Asegúrate que las rodillas estén paralelas.
Espalda: estírala dejando caer el torso, desde la cabeza y, vértebra por vértebra, llévalo hacia delante, manteniendo las rodillas dobladas. Balancea la espalda muy lentamente hacia uno y otro lado y sube con el mismo cuidado.
Lumbares: en el suelo, boca arriba, con los brazos en ‘V’ y las palmas hacia el suelo para sostener el peso, baja las rodillas suavemente a un lado y otro. Así suavizarás la zona lumbar.
Piernas: acostado de lado en el suelo, busca una posición cómoda y estable. Luego, dobla las rodillas y súbelas, acercándolas al pecho, para después bajarlas y estirarlas.
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