Nuestro cuerpo dispone de sistemas básicos que nos ayudan a lograr determinados objetivos necesarios para la vida cotidiana, pero sobre todo protegernos de las amenazas externas. Es por ello que la ansiedad en muchos casos es una respuesta normal ante una amenaza que tienen por objetivo protegernos. La ansiedad forma parte de la condición humana y también sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo, sin embargo, cuando es demasiado intensa se convierte en una fuente de sufrimiento que es importante controlar a tiempo.
La ansiedad puede también definirse como un mecanismo evolutivo de defensa de nuestro cuerpo que, en las personas que padecen de trastornos de ansiedad, ha dejado de funcionar correctamente. La característica principal de este trastorno es un sentimiento de desazón y desasosiego generalizados y persistentes, que no se encuentran referidos a ninguna circunstancia ambiental en particular. Los individuos que padecen de ansiedad con frecuencia manifiestan el temor a aquellos mismo o seres queridos, que puedan contraer una enfermedad.
Tipos de síntomas de la ansiedad
1. Conducturales
Este es conocido como síntoma visible que son las modificaciones que se producen en nuestra forma de actuar, que además pueden ser apreciados por los demás. Este síntoma viene acompañado de cambios en la expresión corporal y en el lenguaje corporal tales como: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos o brazos y tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda e incluso crispación.
2. Cognitivos
En este caso se da los cambios de nuestra manera de pensar o razonar las cosas que nos ocurren, también los pensamientos obsesivos o recurrentes. Cuando una persona lo padece es excesivamente consistente de sí misma y está hipervigilante, buscando constantemente indicios que demuestren la existencia de un peligro.
3. Fisiológicos
Aquí se dan los cambios en nuestro cuerpo, funcionamiento anormal del que no responde a una causa física tradicional. En este caso también se originan síntomas como hipotensión, desmayo y debilidad. Una cuestión importante que suele producirse en estos síntomas, es que no suele producirse de manera aislada, unos afectan a otros y puede ir aumentando.
Síntomas fisiológicos de la Ansiedad
En general, los síntomas fisiológicos tanto de movilización como de inhibición pueden afectar a diversos sistemas. A continuación, mencionamos algunos de ellos.
- Cardiovascular: hipertensión, hipotensión, disminución o aumento de la frecuencia cardiaca, desmayo.
- Respiratorio: respiración agitada, respiración enlentecida, problemas para respirar, presión en el pecho, respiración superficial, sensación de nudo en la garganta, sensación de ahogo.
- Neuromuscular: reflejos aumentados, sobresaltos, insomnio, espasmos, temblores, rigidez, debilidad general, inestabilidad, piernas tambaleantes.
- Gastrointestinal: dolor abdominal, pérdida de apetito, asco de la comida, náuseas, vómitos, reflujo gastroesofágico, malestar abdominal.
- Aparato urinario: deseo urgente de orinar, deseo de orinar con frecuencia.
- Piel: palidez, rubor facial, sudor localizado (por ejemplo, en las palmas) o general, sofocos, picores.
Es necesario mencionar que no todas las personas tienen los mismos síntomas, ni estos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona, según su predisposición biológica o psicológica se muestra más vulnerable o susceptible a uno u otros síntomas. Además, para que el trastorno de ansiedad sea diagnostico como tal, el paciente debe presentar síntomas de ansiedad casi todos los días durante varias semanas continuas.
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