El sodio es un elemento que el cuerpo requiere para funcionar correctamente. El organismo utiliza el sodio para controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo, también es imprescindible para que los músculos y los nervios funcionen apropiadamente. Este elemento tan importante se presenta de manera natural en la mayoría de los alimentos, además, la forma más común de sodio es el cloruro de sodio, que corresponde a la sal de cocina. Aunque la leche, las remolachas y el apio también poseen sodio en forma natural, así como el agua potable, aunque en este caso la cantidad es variada dependiendo de la fuente.
Al igual que el potasio y el cloro, el sodio es un electrolito por lo que posee importantes funciones en la regulación de las concentraciones de los medios acuosos. Por tal razón, los músculos y nervios lo necesitan para funcionar correctamente. De hecho, el sodio es el principal elemento regulador de los fluidos extracelulares, por lo que en base a ello desempeña importantes funciones fisiológicas tales como:
- Regulación de la osmolaridad o presión osmótica.
- Control del balance o equilibrio acido básico metabólico.
- Forma parte de los cristales minerales de la matriz ósea de los huesos.
- Regulación del transporte activo por medio de las membranas celulares.
- Mantenimiento del potencial de membrana, al eliminarse en intercambio con el segundo electrolito en importancia. Po ello el potasio es necesario para la transformación del impulso nervioso y para la excitabilidad normal de los músculos.
- Forma parte de los huesos.
- Participa en la transmisión nerviosa.
- Regulación de la presión arterial y de los vasos sanguíneos.
- Imprescindible para el correcto funcionamiento de los músculos y nervios.
- Colabora con la permeabilidad de las membranas.
La regulación de los niveles orgánicos de sodio, también conocida como homeostasis, se encuentra condicionada por una amplia gama de circunstancias ambientales y dietéticas. Sin embargo, la principal acción reguladora la lleva a cabo la hormona aldosterona en el riñón, a nivel de túbulos renales. Además, cuando la absorción de sodio es elevada, los niveles del aldosterona empobrecen, reduciendo la retención de sodio en el riñón y aumentando la cantidad de sodio eliminada por la orina.
Fuentes principales del sodio
La forma de localizar el sodio es en forma de cloruro de sodio, más conocida como la sal de cocina, así que las fuentes principales alimenticias de sodio son:
- Sal presente en los alimentos de manera natural.
- Sal de cocinado o aliño.
- Sales presentes en productos procesados, congeladores, enlatados. De hecho, todos los alimentos preparados poseen un alto contenido en sodio.
Casi todos los alimentos contienen sodio de forma natural como:
- Leche.
- Apio.
- Remolacha.
- Agua potable.
- Carnes procesadas como el tocino, jamón, entre otros.
- Sopas y verduras envasadas.
Aunque es más común que los problemas con el sodio se den por exceso, también puede existir un déficit de este mineral, lo que origina:
- Debilidad y confusión mental.
- Calambres musculares.
- Alteraciones circulatorias.
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