La carnitina o 3-hidroxi-4-trimetilaminobutirato (que también es conocida bajo el nombre de L-carnitina o Levocarnitina, debido a que en su estado natural es un estereoisómero L), es una amina cuaternaria sintetizada en el hígado, los riñones y el cerebro partiendo de dos aminoácidos esenciales como la lisina y la metionina. En este sentido, la carnitina tiene la tarea de transportar los ácidos grasos hacia el interior de las mitocondrias, orgánulos celulares encargados de la producción de energía.
En otras palabras, podemos decir que la carnitina es un nutriente fabricado o sintetizado en el hígado, los riñones y el cerebro, tomando como punto de partida la lisina, y tomando la colaboración de otras sustancias como: la metionina (aminoácido), las vitaminas B6, vitamina C y hierro.
Propiedades de la carnitina
La carnitina cuenta con la función general de servir como un transporte de los ácidos grasos, llevándolos al interior de las células, esto para que estas grasas sean usadas como energía por las mitocondrias celulares. De esta forma, debido a que la carnitina acelera el proceso de la combustión de lípidos, muchos expertos han señalado que la deficiencia de carnitina conlleva a una producción menor en energía, y al mismo tiempo, al aumento de tejido adiposo, más conocido como grasa.
Entre las principales propiedades beneficiosas de la carnitina, podemos mencionar la mejora que produce en las funciones cardiovasculares, puesto que además de mejorar el rendimiento del músculo cardiaco, también elimina el colesterol LDL (colesterol malo) y aumenta el HDL (colesterol bueno). Así mismo, la carnitina contribuye con la eliminación de las grasas para generar energía, aumentando así el rendimiento físico y reduciendo la grasa corporal, además de aumentar la masa muscular.
Gracias al aumento de masa muscular, muchos de los deportistas y culturistas han prestado importante atención a los suplementos de L-carnitina, algunos como la Panacea, para obtener un cuerpo fibrado y sin grasas. Aunque por otro lado, también debemos mencionar que existen investigaciones que demuestran que la L-carnitina únicamente captura las grasas para quemarlas en el momento en que el cuerpo necesite energía y no haya glucosa en la sangre ni glucógeno.
Es decir, la degradación de las grasas o reservas de energía, siempre serán el último caso, específicamente cuando no exista glucosa o glucógeno para degradar. De esta forma, mientras el cuerpo posea azúcares para quemar, la grasa no será quemada sin importar la cantidad de L-carnitina que se tenga en el cuerpo. Siguiendo estas líneas, debemos resaltar que se necesitará un gasto importante de energía, para que el cuerpo pueda necesitar la actuación de la carnitina en búsqueda de una fuente de energía.
En este sentido, hay que decir que los suplementos de carnitina no deben ser considerados como una ‘pastilla mágica’ para deshacer las grasas, puesto que sólo con la realización de ejercicios físicos y alimentación con una dieta baja en grasas, es posible que la L-carnitina pueda aumentar el consumo de grasas.
Presentación y dosis de la suplementación con L-carnitina
La presentación de la carnitina puede ser variada, donde es más común encontrarla en cápsulas. En cuanto a la dosis recomendada, esta suele oscilar entre los 1.500 mg y los 4.000 mg divididos en varias tomas. Sin embargo, el uso de L-carnitina debe realizarse con precaución en personas con problemas renales, donde es recomendable acudir a un experto antes de consumir cualquier sustancia.
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